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domingo, 7 de octubre de 2012

El Cristianismo no es Oportunismo

Si no tienes trabajo, ¿porque no te metes a pastor? Esta frase la escuche en una populosa esquina de mi ciudad. Me quede sorprendido, no de la frase sino del bajo concepto que se tiene hoy en día del cristianismo, la culpa de este tipo de conceptos, no es de la gente sino de  nosotros mismos, los que nos llamamos o nos orgullecemos que nos llamen “Siervos de Dios” y lo que menos hacemos es servir.
Mucha gente esta viendo como muchos predicadores están cambiando sus mensajes. Lo que antes condenaban lo aplauden, lo que antes estaba mal ahora lo toleran. El llamado a la santidad y a la fidelidad se ha perdido. Muchos llamados cristianos se han vuelto tránsfugas, escondiéndose en megas iglesias para evadir el servicio y el compromiso, son cada domingo uno más.
El concepto del cristianismos se ha perdido, hemos cambia el dar por el dame, el perdón por el sacrificio, hoy se predica que para recibir el favor divino es necesario traer a la iglesia un donativo primero, que no importa el estilo de vidas que se lleve, siempre y cuando se sea fiel con los diezmos y las ofrendas Dios perdonara tus pecados.
Hoy existen pastores que solo pastorean ovejas gordas y robustas, las flacas, heridas o necesitadas no forman parte de su redil porque no están a la altura de las demás.
En estos tiempos se persiste en dar culto a la personalidad y no al Señor. En épocas pasadas poco importaba quien predicaría el domingo o en una campaña al aire libre, lo de menos era saber quien presidiría la música y la alabanza, lo importante era ir, compartir y glorificar al Señor. Recuerdo que muchos de esos títulos decian: Gran Campaña de Sanidad Divina, Jesús Salva, Sana y Libera.  Hoy por el contrario se buscan grandes esenarios, se anuncian a  grandes predicadores y los temas impactantes que estos disertaran. Algunos creen que si el predicador no es de renombre las personas no asistirán a los eventos, pero lo cierto es que quien es famoso, necesita de la fama para poder vivir.
Me da pena pero el cristianismo es mucho más que oportunismos. El cristianismo es compartir, entregarse, dar, perdonar, sostener, socorrer, resolver  y muchos imperativos mas. Ojala que podamos volver a ese cristianismo sencillo y practico, cuando lo importante no era quien soy sino quien eres.

jueves, 9 de febrero de 2012

Enterapia Radio: La felicidad

Enterapia Radio: La felicidad: Leí hace poco un proverbio que decia mas o menos así: “no vallas en busca de la felicidad, porque ella va detrás de ti”. Y en mi libro “Como...

miércoles, 25 de enero de 2012

¿QUE ESTAMOS SEMBRANDO?


El sembrador es el que predica la palabra y nada más. Pero hoy, el sembrador - ha tomado relevancia en detrimento de la semilla, e incluso de la tierra. Así, encontramos cristianos siguiendo al "sembrador", sin importar la fertilidad de su propia tierra.

La iglesia está tomando el camino común, donde la palabra de Dios, tiene la similitud con las transgénicas: "Semillas con agregados quimicos", para que crezcan sin importar el tipo de suelo o plaga. Entonces ya no se depende de la persona el recibir, aceptar y poner en práctica el mensaje de Dios, sino, que se depende del sembrador, sus técnicas y su propia semilla. La semilla que se esta repartiendo en estos ultimos dias, no es la semilla de la salvaciòn, sino de la prosperidad. Hoy claro que se hacen llamados al altar, si,  pero para ofrendar. Muchos sembradores modernos, estan enseñando a sus feligres a invertir en la bolsa divina, entre más inviertes más recibes.

"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas" (2ª Timoteo 4:1-4)

No sembremos semilla adulterada y no sigamos al sembrador humano. Preocupémonos por la fertilidad de nuestra tierra: El corazón, y pongamos en él la verdadera semilla de Dios, "la palabra viva y eficas, que te puede sanar, salvar y bendecir ".